Sí, es cierto: quizá somos más de los que habíamos pensado. Quizá no se trate de varias islas, sino de un archipiélago disperso, enorme, inquietante. En ocasiones la marea trae miles de botellas de vidrio con mensajes desesperados. Los funcionarios que limpian las playas cada vez están mas hartos. Mientras se desloman recogiendo toneladas de basura, murmuran asqueados: "joder con los putos náufragos: seguro que si tuvieran la oportunidad de conocerse, usarían las botellas para otros menesteres".
lunes, 29 de agosto de 2005
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