lunes, 11 de mayo de 2009

Roto

Uno cree siempre que vive con los demás, dentro de un círculo confortable que la rutina ha ido construyendo. Ahí están tus amigos de la calle o del colegio, los colegas del instituto o de la universidad. Están los amigos de tu hermano, los nuevos amigos de tu ex, la chica esa de voz tan dulce, tus compañeros de piso o de borrachera, aquella inglesa medio lesbiana que te doblaba la edad. Pero ninguno de ellos existen. Porque en tu vida realmente no hay nada que posea entidad. Todo es una cáscara de plátano, una prueba circunstancial. No hay vínculo alguno que se sostenga: no eres causa de ningún efecto. Algo falla en tus chistes cuando todos ríen y nadie los recuerda.

domingo, 29 de marzo de 2009

Nunca

Mi ex me llama para que la recoja con el coche porque está lloviendo. Baja del edificio y le abro la puerta. Nos quedamos dentro del coche. Empieza a contarme cosas de su trabajo, de sus compañeros , del pasaporte que le caduca. Me lo cuenta todo con esa dulzura que la caracteriza, con un candor que no parece de este mundo. Yo no arranco el coche. Afuera sigue chispeando y yo me quedo mirándola. S. enumera trivialidades de un modo que jamás he visto en otra persona. Nada de lo que dice me importa demasiado pero su modo de narrar es delicioso y dispara el vértigo en mi memoria. En algún momento de la conversación quiero detenerla, para decirle precisamente esto: que no entiendo cómo, a pesar de nuestras pasadas discrepancias, su voz me reconforta tanto. Luego S. me habla de regresar a su país, que es algo que le obsesiona desde el primer día que pisó suelo español. Le digo que no se vaya, porque, si se marchara definitivamente, tendría que cruzar el océano para visitarla. ¿ Para qué? - me dice - si tú y yo ya no somos nada. ¿ Y eso qué importa? -le digo. S. empieza a reir. Parece que nunca me voy a librar de ti- sentencia.

No digo nada. Me quedo mirando el flequillo de S. pensando en si ese nunca significa que nunca podremos estar juntos o si más bien lo que ocurre es que nunca podremos dejar de vernos.

viernes, 4 de julio de 2008

Querido lector

No me extraña que me conozcas. Esta ciudad del idioma no es tan grande. Me resulta, sin embargo ,curioso comprobar cómo algunos os empeñais en frecuentar mis bares de palabras favoritos. Lo que me aterra es que nunca hasta ahora os haya saludado.

lunes, 30 de junio de 2008

Búsqueda

Buscamos alguien que nos quiera. Pero no, tampoco es eso. Buscamos alguien que nos quiera y que sea inteligente. Pero no, tampoco es eso. Buscamos alguien inteligente que nos quiera y nos diga lo que queremos oir. Pero no, tampoco es eso. Buscamos alguien inteligente que nos quiera y nos diga lo que necesitamos en el momento preciso. Pero no, tampoco es eso: nuestro corazón suspira siempre por otra música.

sábado, 28 de junio de 2008

Mentira

Es mentira, no lo creas cuando te lo repitan, no te permitas dudarlo simplemente porque los cuatro de turno insistan. A pesar de ellos o lo que digan, sigue siendo mentira. No es complejo, no es difícil, no necesitas más tiempo, no llegará el día en que puedas entenderlo porque, simplemente, es mentira. No gastes tus energías en ello, no sientas necesidad de justificarte, nunca se lee lo suficiente y , sin embargo, sigue siendo mentira. Citarán autores que no conoces, usarán aforismos en tu contra, se sacarán del bolsillo bibliografías, pero seguirá siendo mentira. Porque tú ya has roto ese velo, has bebido el agua de ese jardín prohibido, has devorado con ansia ese brillo que está en la raíz de cualquier poema y esa luz te acompañará siempre. No pidas perdón: ellos ya no tienen ningún poder sobre ti. Ahora estás solo frente a todas las mentiras. Puedes ya comenzar a escribir.

martes, 24 de junio de 2008

Sombras

Lo que uno aprende de sí mismo, cuando empieza a conocerse, es sobre todo a desconfiar.

Los nuevos sacerdotes

En el top manta de las metafísicas de andar por casa, auspiciada por esa noble curia que constituye la psicología actual, una de las que más vende es ésa que afirma que todo es posible. No sé si se lo han dicho ya, pero, a pesar de lo que parezca, usted no tiene límites. Usted puede ser mejor padre de familia,usted puede trabajar en equipo, usted puede llegar a ser un adulto maduro, usted puede incrementar su sociabilidad y sus orgasmos, usted puede conseguir otra novia que le comprenda y usted además, si se lo propone seriamente, puede cometer menos faltas de ortografía.En rigor, no le anunciamos nada nuevo. Ya sabemos que se trata de algo que en el fondo de su corazón usted siempre había intuido: usted tiene madera para más, su potencial, por así decirlo, es infinito.

En cualquier caso, no es sorprendente que usted se haya estancado y se arrastre por los lugares comunes de la existencia aquejado de un virus que nosotros los psicólogos, acuñando un neologismo audaz, hemos denominado "síndrome de catatonia vital". Lo novedoso del asunto es que tiene remedio. Si bien es cierto que antes la vida era un cáncer que no llevaba a parte alguna excepto a la muerte, ahora el ascensor de la autorrealización está abierto para todos los inquietus de espíritu y lo bueno es que nunca se sabe adonde le puede conducir. Si no sabe cómo acceder a él, no se preocupe: los psicólogos conocemos todos los abracadabras. Lo importante es, sobre todo, que usted aprenda a desarrollar adecuadamente la energía de la autoafirmación.Eso le abrirá todas las puertas. Como ejercicio, colóquese delante del espejo y grite 1000 veces:" soy mejor de lo que pensaba que era y voy a demostrarlo con creces ". Recuerde, finalmente, que su vida es como un diamante en bruto y que su único deber moral es sacarle brillo constantemente.

Pese a no ir muy desencaminada, esta exposicición rozará para algunos la caricatura. De todas formas, ésa no es la cuestión. El problema es más bien otro. El problema radica en averiguar en qué momento ocurrió esto:¿ en qué momento la psicología pasó de ser un método de estudio de la conducta a convertirse en una nueva moral?, ¿ cómo han llegado los psicólogos a ser los nuevos sacerdotes?.

Y es que, durante la primera mitad de siglo xx, el ser humano para la psicología no fue otra cosa que una caja negra, una rata de laboratorio que recibía estímulos y producía respuestas. Lo más urgente era describir el comportamiento para poder así corregir los malos hábitos y prevenir la delincuencia.La psicología se reveló durante esos años como una manera científica y un tanto bruta de paliar la conflictividad social. Tanto era así que los reformatorios y los manicomios se nutrían principalmente de sus investigaciones. No es hasta después de la Segunda guerra mundial, con el boom económico y la consolidación de los grandes mercados, cuando surge esta nueva clase de "psicología humanista". De repente, dejamos de ser vistos como ratas y los seres humanos pasamos a ser ecosistemas complejos y actualizables con un potencial de evolucion infinito.Es justo éste el momento en el que empiezan a publicarse millones de revistas de autodesarrollo personal, surge la neurociencia y la genética molecular y la psicología empieza a convertirse en esa prima resabiada que en las cenas de familia siempre tiene respuestas para todo. Y así hasta el día de hoy.

Hoy, mientras la mayoría de las facultades pierden alumnos, psicología junto con derecho , son de las pocas que aumentan sus números.Los que estudian la carrera saben de sobra que la sociedad requiere de sus servicios. Hasta tal punto han tenido éxito los psicólogos infiltrándose en todas las esferas de lo social que prácticamente no existe ámbito que no esté tutelado por esta disciplina.En las revistas, en los atentados con bomba, en el instituto de la mujer o en la guardería, los psicólogos siempre nos están aclarando cómo ligar eficazmente, cómo superar el dolor con éxito, como ser una feminista de pro o cómo ser los padres del año. Porque a los psicólogos, igual que les ocurría a los padres de la iglesia, no hay nada que se les escape y, aunque no sean tan omniscientes, gozan también de una virtud que tradicionalmente se les adscribía a ellos: siempre te ponen en el buen camino. Del mismo modo, piensan que algo terrible tiene que haberte sucedido si dejas de visitarlos. Siendo tan imprescindibles como lo eran sus colegas con sótana, les sigue pareciendo un milagro que la vida haya podido desarrollarse alguna vez sin tutelas ni perdones.

Aliados cínicamente con el capital, dictando las reglas y fijando los precios del nuevo deber ser, los psicólogos nos venden sus mercaderías como un proceso de autoconocimiento o una liberación imprescindible.Con ese regalo, no sólo hipotecan nuestros sueños, sino que además contribuyen enormemente al deterioro de la responsabilidad individual.De repente, y por arte de magia, el crimen que hemos cometido realmente ya no consiste en la sangre que puede verse, sino más bien en no haber sabido exprimir adecuadamente todo nuestro potencial asesino.Por si fuera poco, con su mística del crecimiento ilimitado, la psicología nos roba precisamente lo único que podríamos usar para elevarnos por encima de las incertidumbres de la existencia: la calidad intrínseca de nuestros errores. Lo peor es que no nos damos cuenta. Lo peor, como decía Nietzsche, es que nos repugna la iglesia pero no su veneno.

jueves, 19 de junio de 2008

Irene Powers

Ahora que tengo sobrina me ha dado por pensar en la vida que le espera. Miro a esta pulga inquietante, que me utiliza casi siempre como saco de boxeo, y me pregunto cómo será su vida o cómo será el mundo cuando tenga mi edad. En realidad, un enano de este tipo es una excusa perfecta para interrogarse por la propia vida. Me gustaría darle algunas indicaciones, explicarle de qué va este rollo de sobrevivir , decirle que no se de prisa por crecer, pero, de todas formas, ella no se entera de nada. Si intento darle razones para que no coja el mando a distancia, ella dice: " míooooo ". Si la regaño para que no coja el teléfono inalámbrico, se escapa corriendo con el auricular mientras se parte de risa. Se cree que esto de la vida es un pilla-pilla y no logro convencerla. Quizá por eso escribo este blog: para ver si alguien me lo explica a mí también.

Lo único que he conseguido con relativo éxito es que agite el mando de la Wii a modo de disparo. Ahí están los malos- le digo - corre , corre:dispara. Y cuando los malos mueren, es decir, cuando se transforman en monedas amarillas, me mira,sonríe y exclama: "más, más". Es su argumento favorito. Su filosofía dualista puede sintetizarse en dos palabras: " mío" y "más". Y ya está, eso es todo: dos simples palabras para describir el mundo. Todavía no me he puesto a reflexionar sobre las implicaciones metafísicas del asunto cuando, de repente, descubro que está intentando pulsar el botón de apagado del ordenador. Luego, cuando por fin se duerme, empiezo a pensar en cómo será mi sobrina cuando tenga mi edad o en cómo era yo cuando tenía la suya y repito mentalmente: " mío", "más".
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