Melocotones en almíbar

Me ponen una película que no me gusta. Inmediatamente intento explicar, argumentar, dar razones de qué es lo que falla en ella. Intento taladrar el tabique opaco del gusto, llegar al otro lado, exponer públicamente los motivos por los que algo no puede ser valioso o considerado. Es fácil: yo puedo explicarlo y todo el mundo puede entenderlo. No soy yo, no me lo invento, no es que a mí me disguste, hay algo que falla,todos estarán de acuerdo si consigo explicarlo. Pero hay alguien que me señala. "Lo que pasa es que a tí no te gusta " me dice o me acusa. "No ", replico o me defiendo, "no es que no me guste, no es que intente imponer mis preferencias.Si fuera eso, me callaría, no tendría sentido hablar: pero es algo más, algo que puede ser entendido por todos porque no es privado. Puede demostrarse. Es algo compartido, unas reglas que se han roto, un idioma que todos hablamos.

Mi enemigo me invita a quitarme la máscara de las razones y a mostrar los verdaderos motivos de mi desaprobación. Pero no puedo hacerlo. No soy el único. No estoy solo en esto.