miércoles, 6 de julio de 2005

Inevitable

Es inevitable hacer daño a los demás. Vivir consiste en decidir,marginar, hacer daño y hay que relativizar este hecho.No puedes pasar por la vida y quedar sin mancha. Una mala frase, una palabra perdida que simboliza una opinión que ni siquiera compartes, un mal gesto que el instinto reflejó a tu pesar,una carta que llegó tarde pueden significar la puntilla para un estado de cosas, el fin de una relación o una amarga discusión. En cualquier caso, ¿qué importa?. Aunque tengamos cuidado, flaquearemos en algún momento. Deliberadamente o no, meteremos la pata y no siempre podremos regresar a la casilla de salida. Lo dicho cambia el orden del mundo y lo escrito es indeleble para quien lo lee. Pero no hay que culparse demasiado, pues nuestros males casi siempre son ficticios. Y si alguien sufre por nuestra causa no será por la magnitud de la ofensa: será más bien porque es débil. En realidad, nadie puede hacernos sufrir si no deseamos ya el castigo. Sólo los propios pecados, que tan bien conocemos, pueden hundirnos en la miseria. Y cuando nos señalan, el lastre que siempre nos doblega es el de la vieja y propia vergüenza.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

He leido los dos últimos post seguidos y no he podido evitar verme reflejado en ellos en cierta medida.

Muchas veces he pensado en lo ideal que sería encontrar una chica con multitud de afinidades en cuanto a gustos y personalidad. En lo bien que está ser "misógino" y selectivo, no cesar hasta encontrar a esa persona ideal.

En otras tantas ocasiones mi conclusión es muy diferente: creo que lo realmente bueno es encontrar a alguien que te aprecie de verdad, te lo demuestre y sepa perdonar los defectos de uno.

Cuánta razón tienes en que somos nosotros mismos quienes nos herimos empeñándonos en ver que los demás nos hacen daño, en un vano esfuerzo por vernos como el centro de atención de alguien. Peor es ser escoria que no ser nada, o algo así debe pensar nuestro inconsciente. El mayor error es convencernos a nosotros mismos de que somos esa escoria, esa es la vía para serlo.

Sigue así, y perdona si he escrito algo incoherente pero son las 6 de la mañana y tengo algo de sueño, aunque no quería dejar para mañana el comentario ;)

Anónimo dijo...

Empiezas con una cosa tan parca y sencilla que se le puede decir cierta: es inevitable hacer daño en algún momento. Hasta los hippies new age de los REM lo llegaron a comentar "everybody hurts... sometimes". Mi cuestión es ¿hay tragedia en este hecho o que lacance puede tener? Demonos cuenta, con ironia y no con cinismo, de que hasta se puede aplicar al único griego probablemente no sodimita de la historia, Aristóteles, en este asunto: causamos dolor, y lo hacemos intencionalmente o por accidente, un "per accidens" de esos... Lo curioso son las interacctuaciones entre unas cosas llamadas "ofensor" y "ofendido", entre la "victima" y... ¿y qué? ¿el crimianal? ¿el cruel? el hecho rapidamente dispara un vinculo entre un individuo y otro y la mecanica conceptual de definiciones se dispara antes de explicar la supuesta naturaleza de los hechos. Se crea un lazo, una atadura, una tensión entre dos cuerpos, una pseuod implicación sadomasoquista... alguien a ejercido poder sobre alguien. Se ha producido un impacto y ¿hay descompresión en la cabina? ¿qué dirá la caja negra? ¿Cómo actua una "victima"? Supongo que se tiene que procesar el dolor... ¿se huye, se piden esplicaciones, se lucha por aventajar una posición de reflejo para superar el golpe con tu propia fuerza?
Me intersa ese vinculo, esa manera salvaje y explosiva en la que se introduce un imapcto fuerte en otra vida y de un modo u otro, "alguien te ha tocado". Tras esto hay muchos razonamientos... tú hablas de pecado y culpabilidad y eso es posible pero n odej ode pensar que cuando cimentas ese vinculo en un extremo u en otro, pasas por las cosas que quieres llegar a sentir,en las que quieres desarrollar el vinculo o a las que quieren constreñirte. Más allá de eso, siempre habrá esa cierta gravedad sudorosa y humana que hace que los humanos no podamos evitarnos... con lo que vivimos es con los razonamientos de esos encuentros.
Un saludo.

B. dijo...

Es cierto:ejercemos poder sobre los otros, causamos un impacto violento en el espíritu ajeno con nuestros actos cual piedra lanzada a mala leche sobre Goliat. Y sería interesante saber qué queda registrado en la caja negra de nuestras relaciones. Pero no podemos saberlo.El contenido de esa caja nos esta
vedado.¿Es la violencia un modo más de conocernos o es el principio de una oscuridad aún mayor?.

Nuestras relaciones , incluso las más fuertes, sólo toleran un grado relativo de violencia. La intimidad se basa en la violencia en cierto modo, en una violencia común y compartida que nos protege con sus uñas de la realidad más hostil. Fuera de ella no existe confraternidad ni sudor humano que valga.

¿qué cuenta entonces?.Sólo la fortaleza de nuestros lazos. Cuando una cuerda se tensa tenazmente hasta el punto de ahogar la circulación, las manos ya no
consiguen escaparse ni por casualidad. El nudo es firme y a prueba de fatalidades.

Pero en nuestras relaciones lo que nos ata a los demás siempre es demasiado frágil. Vivimos en un continuo solipsismo y estamos expuestos al equívoco, al capricho, a la decepción. Ofendemos y nos ofenden , somos víctimas y verdugos. Pero ése es un juego trivial. Arrastramos una cojera mayor, un mal metafísico. No es el pecado cristiano, pero es también una culpa: la culpa de saber que lo que construimos con tan débiles cimientos no podrá sostenerse.

Y esa es la culpa de la que hablaba, el pecado que siempre nos sonroja y doblega.

Tu parte final no la pillo muy bien. Veo que te interesa el impacto y el olor de los cristales rotos, pero no sé adónde quieres llegar.

Por si las moscas te dare un beso en la calva.

Un saludo.

Anónimo dijo...

No estaría mal que te explayaras escriviendo algo sobre esa violencia de la que hablas... las otras violencias están muy constitucionalizadas y esta es más solida pero a la vez más subterranea.
Cuando te expresas con culpas y pecados me haces desempolvar el antiguo testamento para recordar el estilo y el ritmo narrativo de antaño... de qué me tratas de hablar ¿del sentimiento de fracaso? ¿de ser vencido o sentirse vencido? Lo que me explicas llega a ser coherente pero suena a justificante,prueba a darle a tus ejemplos conceptuales algo de fuerza y de proposito a ver que sale...
Por último ya te has quedado en evidencia lanzando un beso virtual hacia mi masculina y laureal frente, sin embargo, he de agradecerte el gesto con simpatia y gusto, ya que me siento como un farsante aceptado como hermano en un quorum sobre el crecepelo.
Abrazos y hasta otra.

Guy Fawkes

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