lunes, 27 de junio de 2005
El juego de la verdad.
Hay algo ridículo en creerse mejor que la mayoría y, sin embargo, todos somos mejores que la mayoría. Para la élite que nosotros mismos constituimos, el mundo es casi siempre un basurero que se extiende y multiplica. Está en nuestra mente arraigada la idea de que la mierda flota y de que a la verdad, en cambio, hay que rescatarla con sudor y coraje de las aguas más profundas. Por eso nos resulta tan valiosa. Y eso estaría bien si la verdad fuera suficiente o si fuera al menos lo que buscamos. Pero no buscamos la verdad. Nos entretenemos con ella, nos divierte y nos atrae como un desafiante cubo de Rubik. La verdad es el pasatiempo de los seres abstractos, un gran pasatiempo, eso hay que reconocerlo: se pueden llenar blogs enteros con él. Incluso puede ocurrir que sea el pasatiempo en el que ocupemos toda nuestra vida. Pero no puede haber tantos apasionados jugadores de este juego, ninguna partida se prolonga tanto. Debe de haber algún listo que nos engaña. O quizá sea el mismo juego el que engendra las trampas.
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3 comentarios:
La verdad ya te la digo yo. Es verdad que hay listos que ya han ganado la partida, solo hace falta ver a todos los que disfrutan con el dinero que nosotros nos gastamos en sus productos "indispensables"
La verdad es que tienes razón. Debes de ser uno de esos tramposos de los que alargan la partida. Y encima de ciencias, oh my god, no estarás intentando venderme un artefacto?.
Saludos amigo, encantado de verte por aqui. Pasa cuando quieras.
No, por ahora no te intento vender nada, si acaso de vez en cuando la moto. El agradecimiento es mutuo. Nos vemos.
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