lunes, 15 de agosto de 2005

El santo grial

Mi amigo Elías, tras follarse a dos quinquis, quiero decir, subyugado por ese ánimo místico que el sexo reciente proporciona, me ha dado un motivo para este post. Aunque, después de mucho pensarlo, he descubierto que no sé si lloraré en su funeral, me he percatado finalmente, con gran alivio, de que me da igual. Moraleja: nunca te fíes de nadie que llora a sus amigos. Y menos si son íntimos. El llanto, el verdadero llanto, debes reservarlo para la muerte de tu padre.
Tenemos a tres sujetos: A, B y C . El primero es hombre, el segundo es hombre, el tercero es mujer.
A pregunta: ¿Y para ti qué es el santo grial?.
A lo que B responde: Para mí el santo grial es una mujer inteligente.
A continuación A puntualiza graciosamente o de modo machista: Ah , ¿pero es que existen?.
Entonces B se ve obligado a añadir más información: Yo sólo busco el grial. Como comprenderás, me importa un comino si existe.
A vuelve a preguntar, en este caso a C: ¿y para tí?, ¿qué es el santo grial?.
C lo piensa un rato y finalmente responde: En mi caso, el santo grial es un hombre sensible.
Ahora es cuando interviene B: ¿Un hombre sensible?. No comprendo lo que significa.
C se ve obligada a matizar: Un hombre sensible, sabeis perfectamente de qué hablo. Alguien que no sienta como vosotros la necesidad permanente de parecer un chico malo.
Aclarada la cuestión, es el turno de A. Es C la que decide finalmente preguntarle: ¿ y tú?, ¿ de qué vas?, ¿ cuál es el santo grial para tí?.
A lo que A responde: Muy sencillo. Si algún día lo llegara a encontrar, para mí el santo grial sería una vida vivida sin reproche.

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